viernes, 28 de noviembre de 2008

... y finalmente mañana llega mi día franco, después de una semana con un extremo calor en el kiosco, al sol, adentro de una lata amarilla esperando clientes que nunca llegaron,  con decenas de litros de agua con un poquito de jugo en polvo, para ahorrar y porque soy rata.... pero por la noche estoy volviendo a casa, y la tormenta me agarra a mitad de camino, y me mojo, pero no bien, porque la lluvia no se termina de desatar, mejor por un lado, porque se mojaban mi celular y mi bolso.. asi que estoy salpicado, transpirado, y con las patitas llenas de tierra mojada, iba en ojotas, algo mugrientas después de todo el día... porque el vendedor no te dice como terminan las patas usando ojotas, pero bue, son cómodas... ¿son cómodas? porque quise correr y no podía, igualmente no están hechas para correr... llego a casa, hago un baño polako y me acuesto, afuera la tormenta es intensa y temo lo peor... por la mañana el día de sol, con baño y bronceado incluido, perdió ante un día fresquito y nublado, y lo que sería el paraíso si estuviera en el kiosco se transformó en un día insulso y sin sentido... y eso que los diarios decían que el sábado llegaba el alivio de esta ola de calor horrible para los que trabajan, para los que no pueden estar al lado de una pileta, para los emos, para los de piel blanca que no me acuerdo cómo se llaman y no tengo ganas de buscar... no sé... la cosa es que mi piel mañana no va a estar tostada, mañana volverá el calor y volveré a tomar litros de agua con un poquito de jugo, para ahorrar...

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