martes, 26 de octubre de 2010

Miró a su alrededor y se encontró solo, y como le sucedía habitualmente sintió la necesidad de exteriorizar su angustia. Estaba en el punto más alto de su sollozo, digno de final de telenovlea cuando alguien, de la nada, le tocó el hombro desde atrás:
- ¿te puedo ayudar en algo? -. Se secó las lágrimas con la manga y se excusó;
- no! no pasa nada. Lo que pasa es que soy actor.
- ah sí? y dónde estudiaste? porque yo quiero serlo también. Estoy estudiando acá a la vuelta, en el teatrito de la esquina, lo conocés? seguro que sí. Sabés que tengo un miedito, se viene un examen y me viene siempre la duda, serviré, podré acomodarme, será como dijo papá, que no voy a conseguir nada?.... qué te parece???
Quedó atónito y ante la evidencia sólo pudo soltar un "la mentira tiene patas cortas"
-ay sos un boludo.- y se fue como había llegado, a la nada.
Miró a su alrededor y se encontró solo....

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